Es en estos días de intensa lluvia y austeridad, en los que las buenas noticias llenan de sol mi corazón. Es por eso que, como el más orgulloso de los hinchas en temporada de futbol, me puse la camiseta y celebré como mío el triunfo de los chocquibtown en los grammy latinos. Y lo hice, no solamente porque me guste celebrar cada medalla de bronce que nuestros desnutridos deportistas ganan en el exterior, como muchos entusiastas que conozco, no señor! Lo hice, porque con empeño y dedicación, nuestros hermanos chocoanos demostraron que desde hace rato tengo la razón.
Hablemos claro…para nadie es un secreto que la vida de músico no siempre esta llena de fanáticas gritando tu nombre, premios y conciertos a reventar, ni mucho menos de alfombras rojas llenas de periodistas interesados en lo que tú quieres decir. Aunque hoy tenemos una larga lista de Artistas Nacionales, que día a día nos demuestran que todo eso puede ser una realidad, la triste verdad es que todavía ser músico en Colombia es un asunto bien complicado y muy caro.
Clases de música si no naciste con un talento natural, algo nada económico para los que saben lo que cuesta la educación en este país. Luego, comprar el instrumento que nuestro héroe musical ostenta en las revistas, o en su defecto una burda imitación del mismo, construida en una tarde por algún “luthier” sin experiencia, que de todas formas nos cobrara como si ese pedazo de madera hubiera sido usado por algún rockero de talla mundial. Ahora bien , ya conformada la banda es el momento de cerrar la puerta y sudar hasta quedar sordo en una, no siempre bien adecuada ,sala de ensayo que no es para nada económica, como tampoco lo serán los accesorios que desde ahora deberemos pagar , para mantener en servicio activo nuestro adorado instrumento.
Así las cosas, ya con banda y con canciones, el paso a seguir es grabar, pero para que hacerlo en casa donde se puede lograr un muy buen sonido de manera menos onerosa, no! Es mucho mejor para el “pedigrí” del disco buscar un estudio en donde muchas veces lo que pagamos no es directamente proporcional a lo que suena en casa cuando se lo enseñamos a nuestros padres.
Para no alargar la historia… el músico nacional se rompe la espalda, para poder entregarle en las manos un disco que, digamos la verdad, usted siempre va a pensar que es caro, y que muy seguramente no escuchara en la radio porque la plata se gasto en grabarlo, y no quedo para el malintencionado dj que cobra por sonarlo. De conciertos es mejor no hablar, espectaculares shows de 8 minutos en los que la banda apenas si alcanza a organizar el sonido, y que las emisoras les venden como “algo que se necesita”, para que si igual por falta de plata no suenan?
Esto, en un país divido entre 2 grandes cadenas que acaparan los medios, amparadas en la falta de interés de un público cada vez mas alienado, que se conforma con una canción “criolla” de 3 minutos cada hora, y que se queja cuando en los conciertos le cobran, lo único que hace es obligar a que nuestros músicos (igual que nuestros deportistas), además de hacer lo suyo, tengan que buscar trabajos de medio tiempo o incluso tener otra carrera para poder comer. Por eso, que vivan los músicos… pero como puedan, porque la gente en este país todo lo quiere gratis.
Mateo Pinzón Cardona.
Hablemos claro…para nadie es un secreto que la vida de músico no siempre esta llena de fanáticas gritando tu nombre, premios y conciertos a reventar, ni mucho menos de alfombras rojas llenas de periodistas interesados en lo que tú quieres decir. Aunque hoy tenemos una larga lista de Artistas Nacionales, que día a día nos demuestran que todo eso puede ser una realidad, la triste verdad es que todavía ser músico en Colombia es un asunto bien complicado y muy caro.
Clases de música si no naciste con un talento natural, algo nada económico para los que saben lo que cuesta la educación en este país. Luego, comprar el instrumento que nuestro héroe musical ostenta en las revistas, o en su defecto una burda imitación del mismo, construida en una tarde por algún “luthier” sin experiencia, que de todas formas nos cobrara como si ese pedazo de madera hubiera sido usado por algún rockero de talla mundial. Ahora bien , ya conformada la banda es el momento de cerrar la puerta y sudar hasta quedar sordo en una, no siempre bien adecuada ,sala de ensayo que no es para nada económica, como tampoco lo serán los accesorios que desde ahora deberemos pagar , para mantener en servicio activo nuestro adorado instrumento.
Así las cosas, ya con banda y con canciones, el paso a seguir es grabar, pero para que hacerlo en casa donde se puede lograr un muy buen sonido de manera menos onerosa, no! Es mucho mejor para el “pedigrí” del disco buscar un estudio en donde muchas veces lo que pagamos no es directamente proporcional a lo que suena en casa cuando se lo enseñamos a nuestros padres.
Para no alargar la historia… el músico nacional se rompe la espalda, para poder entregarle en las manos un disco que, digamos la verdad, usted siempre va a pensar que es caro, y que muy seguramente no escuchara en la radio porque la plata se gasto en grabarlo, y no quedo para el malintencionado dj que cobra por sonarlo. De conciertos es mejor no hablar, espectaculares shows de 8 minutos en los que la banda apenas si alcanza a organizar el sonido, y que las emisoras les venden como “algo que se necesita”, para que si igual por falta de plata no suenan?
Esto, en un país divido entre 2 grandes cadenas que acaparan los medios, amparadas en la falta de interés de un público cada vez mas alienado, que se conforma con una canción “criolla” de 3 minutos cada hora, y que se queja cuando en los conciertos le cobran, lo único que hace es obligar a que nuestros músicos (igual que nuestros deportistas), además de hacer lo suyo, tengan que buscar trabajos de medio tiempo o incluso tener otra carrera para poder comer. Por eso, que vivan los músicos… pero como puedan, porque la gente en este país todo lo quiere gratis.
Mateo Pinzón Cardona.